Me pidieron un discurso

Me pidieron un discurso
y no se que decir
las palabras no aparecen ni
me hablan.
Mi cabeza está
en otro mundo
no tengo palabras para
pensar. Todo esta siendo.
Apareciendo, mostrándose, restregándose
ante la ignorancia de los que no la conocen
y la gracia de los calmos.
La palabra desmedida ha quedado fuera
La palabra que mira al suelo ha quedado fuera
La palabra que ataca ha quedado fuera
¿Te preguntarás, entonces,
cuál se ha quedado?
¿Cuál ha entrado en mi boca?
Esa es una pregunta que no
te puedo responder.
Sólo la descubrirás tú cuando
la vida se te venga encima
y descubras que
la palabra es un arma
que no tiene filo,
pero que sí tiene alma
y puede decir más que mil silencios
abotonados en tu garganta.
Lo descubrirás cuando
estes bebiendo una cerveza
y estés recordando
las palabras que alguna vez te dijo
esa niña de piernas delgadas
y de polera azul
que vivía a un par de casas de la tuya.
Lo descubrirás al encender
el fuego de la cocina para
tostar un pan que ha estado guardado
hace varios días en la bolsa
y lo descubrirás al despertar
de mañana
cuando ese perfume de mujer
esté rozando tu cuerpo.