Un tipo toma aire
hincha sus cachetes
engulle su alma
y lanza un alarido de esos molestos
que quiebran la pasividad del entorno.
Al rato, se inclina levemente
carga su cuerpo hacia la izquierda
frunce el ceño
pone cara de angustia
y nos estremece, desde sus entrañas,
con un sonido catacúmbico.
Y cada vez que lo hacía
el silencio y las miradas no hacían mella
en su estúpida mente.
Luego, con aires de grandeza
y mientras sube y baja la causa de la perdición del hombre
hace sonar sus narices
y de la boca misma del bastardo
escupe su inteligencia
al piso frio e inerte.
Pablo le miró inquisidoramente a sus ojos
y le dijo:
"¡¿Dónde está tu sentido común viejo?!"
No hay comentarios:
Publicar un comentario